Año: 2002
Declive de amor tiene un importante contenido de concretismo, es decir hace uso de la poesía concreta: no podemos ignorar que la poética corresponde a una interpretación de la realidad. El pensamiento dominante en occidente hace una división entre cuerpo y alma. Ya en el siglo XVII Spinoza pone en duda esta concepción, pero es Nieztche quien considera al alma como una manifestación del cuerpo. Ahora bien, el poema es un ente físico, tiene signos gráficos y sonidos que no se pueden sustraer de lo que el poema dice. Existe el mal habito de separar lo que “el poema es” -su ente físico- con lo que “el poema significa”-su alma. La poesía concreta desconoce esta disgregación, lo visual se fusiona con lo que se entiende como el significado del texto.
Este libro está fraccionado en tres capítulos: Software, Hardware y Shareware. El primer capítulo recorre los laberintos de la reflexión, la mística oriental y si se quiere la filosofía. En esta primera parte abundan los poemas inspirados en la adolescencia, en los momentos sombríos de ella. La segunda parte titulada Hardware se centra en la crítica social. El último capítulo posee una lírica distante y robótica, quizás el más arriesgado del libro. Cuando hablamos de lírica distante nos referimos al no compromiso emocional con los acontecimientos de las páginas del capítulo. Decimos robótica, porque intenta plasmar las nuevas sensaciones que se producen ante la ingeniería genética, la astrofísica y sobre todo la relación hombre-máquina.

Año: 2013
Poemas un poco menos distantes que los de Declive de Amor, poseen algo de furia, oscuridad y hasta una gota de glamour como el caso de Mundo Plástico.

Año: 2013
El dolor humano es la mayor preocupación de este último poemario. Y la problemática social es abordada en mayor o menor intensidad en los capítulos del libro.
Murmullo Artificial está construido con versos suntuosos e intensos que dan como resultado un canto a la era digital. Sus páginas insisten en reivindicar el desapego sentimental como propuesta estética. Sin, embargo, no es un poemario apocalíptico en absoluto, sino esperanzador. Ya casi en el final comienza a narrar las epopeyas que intentaron cambiar el mundo.
